Son muchas las veces que disfrutamos de una buena taza de café, pero pocas veces nos preguntamos ¿cómo es el paso del café por la mente? ¿qué es lo que pasa en nuestro cerebro que hace que lo relacionemos con miles de estados de ánimo o de momentos?, ¿porqué a veces no podemos dejar de tomarlo sin sentir alguna molestia física?, ¿por qué se convierte en una sensación placentera?.
Pues bien, la respuesta a éstas y otras preguntas me las dio la Psicóloga Patricia Álvarez y Barba, egresada de la UNAM, con estudios en Psicología Clínica y en Profundización de Psicoanálisis en la escuela de la Escuela de la Causa Froidiana en Paris, así como especialidad en Grupos elaborativos de simbolización.
Nos agrada el café porque le damos una “investidura”, es decir, un significado particular. En Psicoanálisis se conoce como dar una relación de objeto, por ejemplo: platicar con amigos, cuando estamos contentos, empezar a trabajar con energía, ver una película, momentos agradables, después de la comida cuando ya estamos satisfechos, descansar, etc.
Todo esto tiene una parte real que nos motiva y es la cafeína y una parte psicológica que es la investidura.
Existen dos tipos de investidura, una es cultural y la otra es personal, por ejemplo: en la cultural influyen las costumbres, podemos darle el mismo significado al café que al té, según la región o el país en donde vivamos.
El café acompaña a los sentimientos, es un compañero que está a nuestro alcance casi en cualquier momento, por eso es tan fácil caer en el exceso, aunque sólo se considera una adicción cuando se toma en un tiempo indeterminado y no se puede disminuir sin tener un malestar físico.
El café en tiempos pasados ha sido parte de la historia de forma diferente dependiendo del país o la cultura, por ejemplo, en Rusia, torturaban a las personas que tomaban café, simplemente porque era un elemento desconocido y era mal visto.
El café se ha ligado con ideas políticas, se dice que las personas que iniciaron el comunismo se reunían alrededor de tazas de café para planear, desarrollar y hablar sobre todo lo que estaba surgiendo en ese momento.
El café es multisignificante, una taza puede llevarte a miles de momentos, pasar por tu mente y elegir uno.
El café pasa por nuestra mente cuando hay una evocación, cuando te trae la imagen de un momento, cuando te quita del aquí y ahora, cuando te transporta a evocar, cuando te lleva a añorar.
Patricia nos comenta que el café es un vinculador social porque es “intra” (la relación íntima con el café) e “Inter” (cuando te vincula con los demás).
Por eso, cuando tomes una taza de café y te lleve a algún momento en especial, no lo dudes, el café ha pasado por tu mente.
Por:
Angélica González Guzmán
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